Euronews – 30/01/2009
Ambiente electoral en Ramadi, capital de la provincia de Al Anbar. Aquí los suníes son mayoritarios. En 2005, tras los devastadores asaltos del ejército estadounidense contra Faluya, respondieron al llamamiento de la insurgencia y boicotearon las elecciones. Durante meses, Al Qaeda sembró el terror en Al Anbar, pero ahora los jeques locales, apoyados por los estadounidenses, han recuperado el control y la seguridad ha mejorado.
Abdulsattar Abdulrazzaq, residente en Ramadi : “No participamos en las elecciones anteriores debido a que los terroristas dominaban la ciudad. Gracias a Dios, tras la liberación de la ciudad los residentes de Al Anbar son todos gente civilizada y ahora están dispuestos a participar en los comicios. Esperamos que el proceso electoral sea limpio y justo. De los candidatos esperamos que representen bien al pueblo en el consejo provincial”
Los 41 escaños del Consejo de Al Anbar están ocupados por el Partido Islámico Iraquí y sus aliados, todos ellos nombrados por el poder central como consecuencia del boicot.
Para recuperar su influencia perdida, los jeques cuentan con la lista Alianza del Renacimiento de Irak, emanación del Consejo del Renacimiento creado para echar a Al Qaeda.
El ambiente es radicalmente distinto entre los cristianos, una minoría de 750.000 almas en un país de 28 millones de habitantes mayoritariamente musulmanes.
Como otras confesiones, los cristianos también han sido perseguidos por su fe. Muchos se han ido del país en los últimos cinco años.
Pese a la significativa disminución de la violencia desde hace 16 meses, los cristianos no confían en que su situación mejore en el futuro. Algunos no iran a votar.
“Boicotearé las elecciones, no votaré por nadie porque no hemos visto ninún cambio, -dice este cristiano- nuestros representantes no han hecho nada, las cosas no han mejorado. Sólo le pido a Dios que nos ayude y nos envíe un buen hombre que se apiade de nosotros”
Los cristianos se consideran marginados ya que no tienen representantes en ningún puesto Ejecutivo del país. Y temen serlo aun más tras la decisión que el Parlamento iraquí tomó el pasado noviembre: atribuir sólo seis de los 440 escaños de los Consejos Provinciales a las minorías. Los cristianos sólo tendrán derecho a tres escaños, uno de ellos en Bagdad.
TRIBUNUS